martes, 4 de septiembre de 2007
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Viaje relámpago a Dublín en un día de lluvia

El mes pasado recibí, por primera vez desde que estoy en Irlanda, la visita de un familiar. Vino mi hermano, que se pasó todo un mes "disfrutando" del pueblecito. Por desgracia tuve poco tiempo para llevarlo de viaje por el país, pero aún así algo sí que pudimos ver. Aparte de las salidas diurnas a Limerick y nocturnas a Killaloe, y el típico viaje a los Cliffs de Moher, el punto fuerte de su estancia fue un paseo de un día por Dublín. Sí, solo un día yendo por la mañana y regresando por la noche. Aparte de porque llevo varias semanas "on call" de forma permanente, porque el tiempo tampocó ayudó.

Catedral de Dublín un día de lluvia
Delante de la Catedral de San Patricio, bajo la lluvia.

Dublín es una típica ciudad irlandesa, pero mucho más grande y alegre que Limerick. Sin embargo, en un día de lluvia como el que nos encontramos la diferencia no es tan grande. Por suerte tenía un par de paraguas olvidados en el maletero, con los cuales pudimos hacer el recorrido típico por los puntos más destacados del centro de la ciudad.

Catedral de la Santísima Trinidad de Dublín un día de lluvia
Catedral de la Santísima Trinidad, también bajo la lluvia.

Después de ver la Catedral de San Patricio, más gótica que nunca, y la Catedral de la Santísima Trinidad, aunque sin entrar a ver el gato y la rata, pasamos por el Trinity College y dimos la visita de rigor a Molly Malone, posiblemente la estatua más famosa de las muchas que tiene la ciudad.

A continuación fuimos al Centro comercial Saint Stephen Green, donde tomamos udon en un restaurante japonés, y dimos una vuelta por un parque cercano. Cuando el sol ya se acercaba peligrosamente al horizonte cruzamos el río Liffney para ir a O'Connell Street y ver el pincho desde abajo.

También pasamos por el Castillo de Dublín, donde había una exposición de figuras de arena en claro peligro por la lluvia.

Figuras de arena en el Castillo de Dublín
Figuras de arena en el patio del Castillo de Dublín.

Lo último fue hacer una parada técnica en Temple Bar para coger fuerzas de cara al regreso. En esta calle sí, haga sol o llueva, siempre hay gente a montones y un ambiente de lo más animado.

Temple Bar, la calle de los pubs en Dublín
Temple Bar, con montones de gente (dentro de los pubs).

Yo me pasé todo el día revisando el móvil por miedo a que me llamasen, deseando con todas mis fuerzas no tener que poner rumbo a la fábrica. Como decía, están siendo unas semanas de mucho trabajo y tensión constante. Por suerte en menos de un mes podré tomarme unas vacaciones y descansar.

Pensando en otras cosas
Yo, pensando en mis cosas.

En resumen, fue una visita demasiado rápida y un poco tristona por culpa de la lluvia, pero no podía permitir que mi hermano se marchase de Dublín sin ver la ciudad capital.
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