Beondegi, larvas de gusano de seda que comen los coreanos

El beondegi (pronunciado "bondegui") es una especialidad coreana que consiste en crisálidas de gusano de seda cocidas. Es un snack muy popular que se suele vender en la calle, y tiene un sabor y un olor muy fuertes y característicos. También es una de las comidas que más suelen llamar la atención a los extranjeros.

La palabra coreana beondegi (번데기) significa literalmente "crisálida" y hace referencia al estado de metamorfosis por el que pasan algunos insectos en su transición entre la forma larvaria y la adulta. Por ejemplo, las crisálidas de cigarra que mostraba en verano también se llaman beondegi. Sin embargo, cuando se usa esta palabra suele hacer referencia al alimento, tanto ya preparado como aún crudo sin cocinar.

Beondegi a la venta en un mercado coreano.

El beondegi es un snack tradicional que se toma en Corea desde hace décadas. Es muy común encontrarse puestos callejeros móviles que venden vasitos de papel con beondegi, para que se coman las larvas una a una con la ayuda de un palillo de madera. Muchos coreanos se los comen de una forma parecida a como nosotros comemos pipas, para calmar un poco el hambre mientras se pasa el rato.

Hoy en día el mundo de los snacks ofrece muchas más opciones (algunas muy ridículas), por lo que el beondegi está perdiendo un poco de terreno frente a la bollería industrial. Pero no creas que es un alimento raro o difícil de encontrar. Al contrario, sigue siendo muy común ver niños y gente joven con el vasito de larvas en la mano.

"Tapa" de beondegi para comer con palillos.

Beondegi como acompañamiento en un restaurante.

El beondegi se diferencia fácilmente por su olor fuerte y penetrante, parecido a la madera tostada. El sabor también es muy fuerte, pero no desagradable. La textura es lo más curioso, porque las larvas son como bolsitas que, pese a estar casi vacías, a veces explotan en la boca al moderlas.

A mucha gente el beondegi le da asco por la apariencia, porque en Occidente no comemos nada parecido. A otros les resulta repugnante el olor, pero vuelve a ser una cuestión de costumbre. Por ejemplo, a muchos coreanos les resulta igualmente repulsivo el olor del queso. Una vez te habitúas lo único que puede resultar desagradable es el olor, porque ya digo que es un olor realmente fuerte.

Venta callejera de snacks: beondaegi, patatas fritas, caracolas cocidas y tteok tostado.

Yo probé el beondegi un par de veces, aunque no me pareció nada especial. Si ellos se lo comen como si fueran cacahuetes es que no debe ser malo. Es más, por lo visto es un alimento muy sano porque es totalmente natural. Podría comerlo más veces sin problemas, pero en general no soy muy aficionado a los snacks.

De hecho tengo una guerra montada en casa con las niñas, que quieren comprar patatillas a diario. Yo me niego y les ofrezco fruta, pero Miyoung es más buena y les suele comprar chucherías. Cualquier día me pongo serio y les digo que de ahora en adelante el único snack permitido en casa es el beondegi, y a ver qué dicen.

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