lunes, 7 de marzo de 2016
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La odisea de cortarse el pelo en Corea (y una anécdota inesperada)

Cuando te vas a vivir a otro país, descubres que de repente algunas acciones cotidianas se complican más de lo esperado. Por ejemplo, algo tan sencillo como cortarse el pelo puede pasar a ser toda una odisea hasta que aprendes los usos y costumbres locales. Y lo mejor es que cuando hablas del tema con otros expatriados inmigrantes, surgen anécdotas divertidas como la que contaré al final de este post.

Cuando me fui a Irlanda empecé a cortarme el pelo yo mismo. En serio. Me compré una rapadora y de vez en cuando me encerraba en el baño y me rapaba la cabeza yo solo. Hacía contorsionismo para alinear el espejo de pared con un pequeño espejo de mano, pero era capaz de trasquilarme mí mismo de forma decente. Esto era posible porque en aquellos años llevaba un corte militar y la rapadura era muy simple. Nunca le di gran importancia a mi imagen y mi nivel de coquetería tiende a cero, así que un corte de pelo ligero, cómodo y barato era la mejor opción.

En una ocasión fui a cortarme el pelo en una peluquería de un centro comercial de Limerick. Me cobraron veinte eurazos y me hicieron un desastre en la cabeza. O a lo mejor era un corte de pelo a la moda knacker, no lo sé. Ni siquiera me lavaron o cepillaron el pelo cortado, por lo que me pasé el resto del día soltando pelo como un gato en otoño.

Llegado a Corea me encontré nuevas dificultades. A Miyoung no le gusta el estilo militar, por lo que solo me puedo rapar yo mismo en verano, cuando el calor bochornoso se impone sobre el cariño conyugal. El resto del año tengo que ir a cortarme el pelo donde el resto de ajeossis. Entonces, ¿dónde ir?

La opción más obvia son las peluquerías, llamadas miyongsil (미용실) en coreano. Estos establecimientos son fáciles de detectar por su aspecto, y porque se puede ver lo que sucede dentro a través de grandes escaparates. Aquí es donde suelen ir las mujeres y los chicos presumidos. Es recomendable reservar cita, sobre todo si se va en fin de semana o en horas punta. El problema es que un corte de pelo normal se va a los 20.000 wones o más. Como decía, no soy nada coqueto y me duele pagar eso por un arreglo que dura unos días. Pasemos a la siguiente opción.

Los ajeossis de verdad van a barberías, llamadas ibalso o ibalgwan (이발소 o 이발관) en coreano. Aquí los cortes de pelo son más sencillos y más baratos. Muchas veces se escoge de un pequeño catálogo o poster con media docena de cortes de ejemplo, al estilo norcoreano. Se pueden incluir servicios extra como masajes capilares o tratamientos anticaída de pelo, que se pagan aparte. El precio típico en Seúl son 7.000 wones, que es lo que cobran cadenas muy extendidas como Blue Club (블루 클럽).

En Jongno, capital de la República Harapoji, hay barberías que cobran solo 5.000 o incluso 3.000 wones. El aspecto de estas barberías es decrépito, como si llevasen funcionando desde los años 60 sin renovaciones en el local ni las herramientas (de hecho esa es la realidad de muchas). La mayoría de los clientes conservan solo una cortinilla de pelo, y desde luego la moda les importa cero punto cero. Para entrar en una de estas barberías anónimas hay que ser valiente. Yo lo hice una vez y el barbero y el resto de clientes se echaron unas buenas risas conmigo a mi costa, pero me cortó el pelo bien y por poco dinero.

Las barberías se suelen identificar fácilmente por tener un pirulí con rayas azules y rojas dando vueltas en la fachada. Claro que esto es una fuente eterna de confusiones, porque estos mismos pirulís son usados por saunas y centros de masajes. Y también por "centros de masajes", así con comillas.

No tengo respuesta para la clásica pregunta de cómo usar el número, forma y sentido de giro de los pirulís para diferenciar los establecimientos honestos de los centros de prostitución más o menos encubierta. Hay quien dice que un pirulí bien pero dos mal, sobre todo si giran en sentido contrario. También hay quien dice que si están juntos bien, porque los lugares de final feliz se identifican poniendo pirulís a ambos lados de la puerta. Yo creo que no hay una regla fija, por lo que lo mejor es fiarse de la intuición. Si por las ventanas o puerta se puede ver lo qué sucede dentro, no hay problema. Si la entrada está en un callejón o en una segunda planta, o las ventanas están bloqueadas, ojo que el servicio puede ser más caro de lo que piensas.

Desarrollar esta intuición lleva su tiempo, porque al principio todos llegamos con nuestras gafas rosadas que nos impiden ver estas cosas. Hay gente que no se las quita ni para dormir y hay quien las pisotea al segundo día, pero de los apologistas y los criticones hablaremos otro día. La cuestión es que es sencillo equivocarse, sobre todo cuando se lleva poco tiempo en el país.

Barbería coreana con pirulís giratorios y pegatinas de colores en las ventanas
Barbería con cinco pirulís y las ventanas tapadas con pegatinas de colores. ¿Entrar o no entrar?

Y ahora la anécdota. Un amigo estadounidense me contó que, recién llegado a Corea para dar clases de inglés en una academia, empezó a sentir la necesidad de cortarse el pelo cuando el flequillo ya le tapaba la visión. Tras unos días buscando una peluquería o barbería en su ruta entre casa y trabajo, decidió entrar en un establecimiento claramente identificado por un par de estos pirulís. Esto en Estados Unidos significa que se trata de un sitio donde cortarse el pelo, no hay posibilidad de error, me contó.

El caso es que entró en la "peluquería" y se encontró de frente con una ajumma, una señora coreana de 40 o 50 años, que lo miraba sorprendida. No había otros clientes en el local, y de un primer vistazo tampoco alcanzó a ver sillas ni tijeras, pero mi amigo no cejó en su empeño. Como no sabía nada de coreano, ni parecía que la mujer fuera a saber inglés, con su mano le hizo gestos de tijera cortando pelo. La señora sonrió y con su mano le hizo gestos de hacer una mamada.

Mi amigo, entonces, se puso colorado y salió apresuradamente del local. O al menos eso es lo que me dijo.
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12 comentarios EN BLOGGER
  1. ¿Seguro que salió corriendo? Jajajaja

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    1. Conociéndolo, creo que sí salió espantado. Pero no descarto que volviese otro día ;)

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  2. Ojo al detalle de la foto, encima de la puerta: HAIR CENTA. xD

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    1. 헤어 센터 en coreano, pues Hair Centa en inglés. Elemental :D

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  3. Deberías exponer también las peluquerías de mujeres, que supongo que serán más caras o el doble. Y, había oído algo de sitios especializados para las uñas, que en estados unidos son ahora muy famosos, ¿Son caros?
    Psdt: Yo ceo que si te vas a corea primero habrá que hacerse un cursillo de peluquería. XDXD

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    1. Huy, los sitios de manicura. En Corea los hay desde hace muchos años y son muy populares. Las chicas van mucho, y los chicos algunas veces también. Yo fui una vez hace muchos años porque me arrastró mi esposa y sufrí lo indecible. Hay material para post, me lo apunto :D

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  4. En Corea del Sur el color del coche depende del puesto de trabajo??? Es esto cierto Felipe? por que daria para tema de un post o video....
    "La mayoría de coches en Corea del Sur son de color blanco, gris o negro, y no es porque sean unos aburridos, sino por su estricta forma de diferenciarse socialmente. Así, los empleados normales han de poseer un coche blanco, los puestos intermedios uno gris, y los jefes el negro...

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    1. No, no es cierto que el color del coche dependa de la posición del propietario en la empresa. Es una de esas cosas que se leen y escriben en muchos sitios pero que no se corresponden con la realidad. Es cierto es que la mayoría de coches con blancos, negros o grises, pero cada persona escoge el color según su preferencia personal.

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    2. Entonces entra a la sección de mitos y leyendas.Gracias por contestarme rápidamente.

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  5. Hola felipe!! me imagino la cara de tu amigo cuando la ajumma le hizo el gesto... jajajjaajajjj

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  6. Hola amigo, sería muy bueno que escribieras un poco más sobre el área de la barbería en Corea. Ya que yo soy barbero y mi sueño es vivir en Corea. Saludos!

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    1. Pues poco podría añadir a lo que ya he escrito en este post.

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