Gran viaje a Malasia y Singapur
Llevaba varios años sin vivir
el inverno coreano, que es frío incluso en Daegu. Para hacer el triple combo de aliviar la
sensación de frío, aprovechar las vacaciones escolares y celebrar que todos
estamos bien, hicimos un viaje a Malasia y Singapur. El próximo año
Sonia
empezará el bachillerato, que en Corea son tres años de estudio intensivo, y
además los suegros van teniendo ya una edad, por lo que este probablemente
será el último gran viaje familiar en una buena temporada.
Para ir a Singapur usamos un "autobús aéreo", denominado así porque no tiene
escalas y ofrece algunos servicios a bordo propios de un avión, como comida y
pantallas de entretenimiento. Al cruzar la frontera hicimos una parada técnica
para control de inmigración que fue sorprendentemente rápida y carente de
contacto humano, con todo el proceso perfectamente digitalizado.
Aquí empezamos a notar algunas de las características que convirtieron un
puerto de pescadores en una de la principales urbes mundiales: eficiencia,
seguridad y orden, con una nada disimulada sensación de tolerancia cero ante
la mínima ilegalidad. Esto en realidad no es tan estricto, ya que en todas
partes hay gente que cruza la calle por donde no debe, pero en general sí que
hay un gran respeto por el orden y la ley. Si no fuera así, no solo no se
habría alcanzado el superlativo nivel de desarrollo y riqueza que se ve en
toda la ciudad, sino que sería imposible la simple convivencia entre las
múltiples etnias que la pueblan.
La etnia predominante en Singapur es la china han con un 74 %, seguida de un
14 % de malayos, un 9 % de indios y un 3 % de occidentales. La gran diferencia
con Kuala Lumpur no es esta distribución, sino el hecho de que el país es
laico y carece de una religión oficial. La distribución es de un 33 % de
budistas, un 14 % de musulmanes, un 13 % de cristianos, un 9 % de taoístas, un
6 % de católicos, un 5 % de hindúes y sobre todo un 20 % sin religión. En
países como estos es importante conocer la distribución étnica porque explica
mucho sobre la organización y carácter del lugar.
En Singapur pasamos el primer día en el parque de Universal Studios, donde
disfrutamos de las atracciones casi sin tener que hacer cola porque no había
mucha gente. El segundo día visitamos el zoológico de Mandai, heredero del
zoológico que anteriormente estaba en otra zona y donde hace tres décadas mis
suegros, esposa y cuñado tomaron una foto familiar que ha adornado sus
sucesivos salones. Me gustó este lugar porque no es un zoológico al uso, sino
más bien un recorrido por zonas donde diferentes especies habitan espacios que
imitan su hábitat natural, de forma que algunos animales ni siquiera pudimos
verlos porque tenían un día de timidez. Me gustó especialmente el River
Wonders, y es que sigo teniendo
un pequeño acuariófilo
dentro.
Los dos primeros días tuvimos un tiempo fantástico, pero después empezó a
llover y ya no volvimos a tener un día de sol hasta que nos fuimos. No por
nada enero es precisamente el mes más lluvioso en Singapur. Así, el tercer día
lo aprovechamos para descansar e ir de tiendas en Orchard Road. El cuarto día,
con energías renovadas y bien armados con paraguas, fuimos al barrio árabe
para comer en un restaurante libanés regentado por un australiano y su esposa
coreana (en serio) y ver la Mezquita del Sultán. Desde ahí hicimos un
recorrido por varios templos hinduistas y budistas, para terminar en un enorme
complejo comercial al estilo de los Don Quixote japoneses, pero de varias
plantas y todavía más laberíntico y claustrofóbico.
El día siguiente lo dedicamos a los Gardens by the Bay, donde vimos una
exposición floral del mundo Pixar, el mastodóntico Cloud Forest y los curiosos
supertrees. Después intentamos cruzar el Helix Bridge para ver el Merlion,
pero el mal tiempo nos hizo desistir y regresar al hotel.
Un lugar común por el que pasamos varios días es el Marina Bay Sands, ese
icónico edificio de tres torres unidas en su parte superior por una plataforma
con forma de barco. Estas torres albergan un hotel de gran lujo y en su parte
inferior un centro comercial repleto de tiendas también de lujo.
Desde este lugar iniciamos un recorrido en barco por la bahía de Singapur, que
duró poco más de media hora pero fue en ese momento mágico en el que el día
deja paso a la noche. Al igual que hace más de una década
cuando subí a la Torre Eiffel, el paseo empezó de día y terminó de noche, de forma que pudimos disfrutar
del skyline de Singapur en ambos momentos.
El sexto y último día en Singapur visitamos el Templo de la Reliquia del
Diente de Buda, en el barrio chino, un templo que parece un parque temático
con varias atracciones: una sala con diez mil estatuillas de Buda, un museo
sobre la historia del budismo, una estupa de oro con un diente de Buda, y
varias plantas más con diferentes reclamos. Muy cerca de allí, visitamos el
Cityscape, una gran maqueta de la ciudad con información sobre sus planes a
largo y muy largo plazo para el desarrollo urbanístico de la ciudad. Porque
otra de las claves que llevaron a Singapur a donde está hoy es la visión a
largo plazo, mucho más allá de los períodos electorales de cuatro años que
tanto limitan las democracias occidentales.
En el último momento, con un ojo en el reloj para no arriesgarnos a perder el
vuelo de vuelta, pudimos al fin visitar el Merlion, la estatua con cuerpo de
pez y cabeza de león que simboliza la ciudad. La parte de pez simboliza el
origen como puerto de pescadores, antiguamente llamado Temasek, mientras que
la cabeza de león (singapura significa "ciudad del león") simboliza su
identidad moderna y su fortaleza.
Ya en el aeropuerto me quedé con la boca abierto una vez más al visitar el
centro comercial anexo Jewel Changi y su alucinante cascada interior, que cae
desde la enorme cúpula de vidrio hasta los niveles inferiores de aparcamiento,
por no hablar del jardín tropical interior construido a su alrededor. No hay
mejor prueba que esa de que Singapur es una ciudad próspera donde no faltan
ideas ni dinero para llevarlas a cabo.
Y así terminó el viaje. Finalizo este post con un vídeo recopilatorio de todos
los minivídeos grabados durante estas bonitas vacaciones.
La vida es una colección de recuerdos, y en este viaje pudimos generar un buen
número de ellos.
COMPARTIR ES BUENO
COMPRA MI LIBRO
CUENTOS INFANTILES
CON FINAL MACABRO
CUENTOS INFANTILES
CON FINAL MACABRO
Si te ha gustado este post, puedes ayudarme a mejorar con un pequeño gesto :)
→ CLICK AQUÍ ←
→ CLICK AQUÍ ←
Publicar un comentario
Comentar es gratis y aumenta karma ;)