jueves, 21 de enero de 2010
7 comentarios

Acuario 4: De la multiplicación de los panes y los guppys

Una vez más me dispongo a narrar los hechos acaecidos en mi acuario con varios meses de retraso. Lo siento. La excusa es que no tengo mucho tiempo libre. El motivo oculto es que quizá no tenga vocación de periodista, sino de historiador ;)

En mayo de 2009, tras la liberación del acuario, y habiendo sido desterrados sus tiranos (léase tortuga y bettas), la paz reinó al fin durante un tiempo. Tan agradable y tranquila era la vida en el acuario, que pronto sus habitantes cayeron en las garras del vicio y el libertinaje. Especialmente los guppys. De hecho, sólo los guppys; pero cayeron con tantas ganas que el acuario pronto se transformó en la nueva capital del sexo. Resultado? Un baby-boom de grandes proporciones. Y después? Una bacanal en la que se mezclaban guppys de distintas generaciones, provocando un efecto multiplicador de la población que pronto me hizo perder la cuenta del número de guppys. Llegó un momento en que contar los guppys en el acuario era tan difícil como conseguir un censo fiable en la India.

Vista desde un lateral.
El gran problema de los guppys al nacer era que antes se los comían rápidamente los bettas. Y aunque también se los comían los guppys (incluso la propia madre unos segundos después de parirlos), ahora tenían una oportunidad de ponerse a salvo. Debo mencionar que los guppys son ovovivíparos, es decir, la madre tiene huevos que maduran y eclosionan en su interior, momento en el que expulsa a los alevines. Una madre puede parir entre 50 y 100 alevines, la mayoría en la primera hora, en grupos de uno a tres, aunque puede continuar soltando crías durante un par de días. Al nacer, los alevines son una pequeña bola de un milímetro, y un segundo más tarde empiezan a nadar para ponerse a salvo. La mayoría de los supervivientes se refugiaban en el filtro, y unos pocos entre las escasas plantas. Al principio también los recogía con una redecilla para ponerlos a salvo en una paridera. Esto era muy gratificante, pero pronto dejé de hacerlo porque ya había guppys más que de sobra.

Visto lo visto, fui regulando la población a base de regalar el excedente (gracias a un amigo que los recibía gustoso, aunque luego descubrió que más gustosamente los recibían algunos de sus peces, que se los comían). Aprovechando esto, hice como el famoso Mendel en su experimento con guisantes, y fui seleccionando los ejemplares con cola roja brillante y manchas negras (que eran los que más me gustaban). Pronto conseguí una población de guppys rojo-fuego muy bonitos, que daban una bonita nota de color al acuario.
El pleco, manteniendo las hojas bien limpias.
Sin embargo, la naturaleza encontró como siempre su forma de controlar la superpoblación, y no fue otra que la falta de variabilidad genética. Igual que le pasa a nuestra familia real, el hecho de que las parejas se formen entre descendientes de los mismos individuos (esto es, bodas entre primos y similares), es causa de malformaciones y una creciente dificultad reproductiva. Al cabo de unos meses, dejó de haber nuevos alevines, e incluso los guppys veteranos empezaron a morir. Sobre todo las hembras, consternadas por la improductiva voracidad copuladora de los guppys machos. Se demuestra de nuevo que la historia es cíclica, porque algo similar ya le había pasado a España con la casa de los Austrias en los siglos XVI y XVII. Empezaron con mucho ímpetu con Carlos I (y V de Alemania) y Felipe II reinando sobre el mayor imperio de la época (en el cual "nunca se ponía el sol", y sólo superado por el imperio Británico de principios del siglo XIX y el imperio Mongol de Genghis Khan en el siglo XIII). Y un par de generaciones después, se acabó la dinastía con un Carlos II retrasado e impotente. Ley de vida.

Lo dicho, que los guppys llegaron, se reprodujeron, y murieron (como las cucarachas de Cucal), y ahora sólo queda un vestigio de lo que fue la segunda mayor explosión demográfica de 2009. La segunda??? Pues sí, porque la mayor la explicaré en el próximo capítulo.. stay tuned!

Vista frontal del acuario.


Población (VII-2009): 1 pleco, 1 corydora aenus, 1 corydora paleatus, 5 cardenales, muchos guppys.


Antes... Acuario 3: Era post-tortuga (que vienen los bettas!).
Después... Acuario 5: Caracoles!
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7 comentarios EN BLOGGER
  1. Haciendo experimentos mendelianos en una población de guppys? Lo tuyo es grave... pero tienes dos opciones:
    a) Pedirme mis apuntes de Genética y hacer estudios de poblaciones un poco más en serio.
    b) Dejarte de tanta carallada y hacerle más caso a tu señora esposa.

    Miyoung y yo votamos por la b

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  2. o
    c) Hacer como uno que se fue a vigo con un mono azul y desmonto unos cuantos paneles de las paradas de los vitrasa para hacerse una megapecera xDDDDDDDDDD

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  3. Dios!!! Menudo tío!! Además, para eso lo tenía fácil... en el CUVI hay una parada de autobús que debe tener 14 paneles de cristal (creo que son 6 en la parte de atrás, 2 a cada lado y 4 en el frontal), y era cuestión de ir de noche a por ellos.

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  4. Bueno, bueno, no hagáis planes ilegales en este blog. Eso de montar un acuario con cristales es factible, pero la presión del agua es grande, así que tienen que ser bien gruesos, y la silicona más vale que sea ultrarresistenete.

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  5. tu intenta romper uno de esos paneles a ver cuanto aguanta... xD

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  6. Los cristales de las marquesinas es un cristal laminado, de unos 2 cm de espesor... creo que eso resiste bastante bien.

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  7. Pues serán los de las marquesinas de Galicia, porque lo que son los de Madrid, fragmentan que da gusto. Y, con respecto a lo de la presión, se puede solucionar con un par de perfiles en "L" preparados con forma rectangular (uno por arriba y otro en la base). Las siliconas, con tal de que sellen ya está. Además, si lo que necesitas es un sellado con gran resistencia al agua, con un poco de resina isoftálica, problema solucionado. Es más, si crees que el cristal no fuese a aguantar, sólo tienes que limpiar con estireno un par de cristales y pegarlos con resina, con lo que obtendremos más del doble de resistencia para la misma superficie (ojo con el peso de la pieza que obtendrías). Te saldría la pecera (sin equipar) por unos 5 euros, jeje.

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