lunes, 6 de agosto de 2001
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UO Capítulo 5: De los Elven Bows y la Comisión de GMs Bowyers.

Así al fin alcancé los suficientes conocimientos de magia como para fabricar Elven Bows, el mejor arco conocido. El poderde este arma es realmente brutal, pues cualquier guerrero siente, inmediatamente después de cogerla en sus manos, como aumentan sus habilidades con el arco y conocimientos generales acerca de la guerra. Sólo el daño producido por uno de esos escasos arcos mágicos de conquista es comparable al que puede hacer un Elven, siendo éstos mucho más rápidos. Al ser el primer artesano capaz de fabricarlos pronto empecé su venta, mediante tratos que se cerraban casi siempre en la zona de comercio. Para dar a conocer aún más la oferta de este arma sin igual, me recorrí la mayor parte de Sosaria, pegando anuncios en cada tablón que veía. El dinero que ganaba, sin ser una fortuna, sí me permitió dedicar mi tiempo al ocio y la lucha, no teniendo que volver a vender virotes para subsistir.

Un elven bow es realmente un arma mortífera.
Entonces tuve noticias de que otro artesano, de nombre McGregor, había aprendido a fabricarlos. Tras reunirme con él y discutirlo largo y tendido, concluímos que la competencia no nos beneficiaba, pues si empezábamos a bajar los precios buscando acaparar a todos los posibles compradores, acabaríamos vendiéndolos muy por debajo de su valor, perdiendo incluso dinero. Así pues fijamos unos precios, que no podríamos rebajar ni subir: cada Elven costaría 10.000 piezas de oro, 18.000 si se compraban dos juntos y una oferta especial para clanes, consistente en 7 arcos por 50.000 monedas. Aprovechando nuestra reunión fijamos también los precios de los arcos y ballestas excepcionales que, no pudiéndose comparar a los Elven Bows, sí eran muy superiores a los arcos normales, estando al nivel de las armas mágicas de nivel medio. Los precios de estos arcos serían de 3.000 piezas cada unidad, 5.000 si se compraban dos. Las ballestas excepcionales tendrían los mismos precios, y las pesadas excepcionales costarían un poco más, pues mayor es el daño que infligen: 4.000 cada una y dos por 7.000 monedas. Todas estas armas serían firmadas, acordamos firmar sólo las mejores y tirar o guardar para uso propio aquellas que no alcanzasen calidad suficiente.

En esta época algo había cambiado en Sosaria, pues las lluvias y nevadas, tan abundantes antaño, parecían haber cesado de pronto. Incluso se diría que el viento soplaba con menor fuerza. Y algo cambió también en mí, porque al tener el aspecto económico solucionado, empecé a sentir la llamada de la aventura. Empecé haciendo salidas furtivas, enfrentándome a una arpía que solía merodear por uno de los puentes de Vesper, así como a un ogro y un elemental cercanos. El botín conseguido era escaso; unas pocas monedas, plumas, algo de comida y lingotes que sacaba del elemental, pero lo hacía sobre todo para aprender cómo era el mundo fuera de la tranquilidad de las ciudades. Al elemental y al ogro podía acribillarlos a flechas hasta morir, esquivando eso sí algún hechizo poco dañino. La arpía era sin embargo mucho más rápida, y se me acercaba de tal forma que no podía disponer del espacio suficiente para disparar con mi arco, teniendo que equiparme con escudo y horca de guerra; pero de esta forma siempre acababa malherido, por lo que hube de acostumbrarme a llevar conmigo una buena cantidad de vendas, para curarme en el fragor de la lucha. Me sorprendió la innata facilidad con que me aplicaba los vendajes, era como un don de nacimiento, aunque tenía aún mucho que mejorar en este aspecto, pues necesitaba varios intentos para curarme si no conseguía librarme del acoso enemigo.

Más tarde empecé a aventurarme también en una playa cercana, poblada por un grupo de brujas, que no representaban una seria amenaza. Contaban con la ayuda de un guerrero proveniente de una lejana isla nevada, tal como supe después, que era realmente terrible usando el arco, pero casi indefenso en la lucha cuerpo a cuerpo. De estas criaturas conseguía pergaminos, con los que completé mi libro de magia, y ropajes. Alejándome más hacia el oeste llegué a los dominios de un Lord Lich, que aparentaba ser un simple pordiosero siendo en realidad un poderoso mago, capaz de hacer hincar la rodilla al más bravo guerrero si se le daba la oportunidad de demostrar todo su arsenal de conjuros. No era quien de derrotar a ese maligno ser, volviendo varias veces a Vesper herido de muerte.


Antes... UO Capítulo 4: Clanes.
Después... UO Capítulo 6: Primeras aventuras.
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