jueves, 8 de agosto de 2013
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Una tarde en Miryang, una pequeña y hermosa ciudad de Corea

Pabellón Yeongnamnu en Miryang

Miryang (밀양) es una pequeña ciudad del sur de Corea a la que voy en ocasiones por motivos familiares. Con apenas 100.000 habitantes, es casi desconocida para los extranjeros que residen en Corea y son muy pocos los turistas que la visitan. Sin embargo, alberga muchas atracciones debido a su importancia histórica, además de ser el lugar donde nació una de las leyendas más famosas de Corea.

En mi última visita me escapé unas horas para recorrer el centro histórico de la ciudad, y me encantó. Me parece un lugar encantador que, si no fuera tan pequeño y por tanto poco preparado para los extranjeros, sería interesante incluso para vivir. De momento, veamos qué se puede hacer en una tarde libre en Miryang.

Miryang toma (o cede) su nombre del río Miryanggang (밀양강), que desemboca en el Nakdonggang. Este río forma un meandro muy curioso en la ciudad, que rodea uno de sus barrios hasta convertirlo en una isla. Justo al lado del río, en el lado opuesto a la isla, está el monte Adongsan (아동산), que es el lugar donde se concentran la mayor parte de atractivos de la ciudad.

Pabellón tradicional coreano Yeongnamnu de Miryang
Pabellón tradicional coreano Yeongnamnu de Miryang

Las vistas desde este monte son fantásticas, y esto no lo pienso solo yo, sino que se le pasó por la cabeza también a los coreanos que en el siglo XIV construyeron aquí uno de los pabellones más bonitos de Corea. Esto de que es uno de los más bonitos tampoco es de mi cosecha, sino que en Corea se acepta que los tres pabellones más bonitos del país son Chokseoknu en Jinju, Bubyeoknu en Pyeongyang, y Yeongnamnu en Miryang.

Vista desde el monte Adongsan de Miryang
Vista de Miryang desde el monte Adongsan

Como decía, el pabellón Yeongnamnu (영남루) tiene ya 650 años de historia, aunque la estructura actual es una reconstrucción de 1844, y está reconocido como el Tesoro 147. Aparte de las vistas y la preciosa estructura, está decorado con abundantes dibujos y obras de caligrafía. Por todo esto, es uno de los mejores lugares que se me ocurren para pasar una tranquila tarde de verano en Corea.

Santuario Cheonjingung de Miryang en Corea del Sur
Santuario Cheonjingung.

Justo enfrente de este pabellón se encuentra el santuario Cheonjingung (천진궁), que fue construido en el siglo XVII y alberga las tablillas fúnebres de los reyes fundadores de las distintas dinastías de la historia de Corea. Estas tablillas corresponden al legendario Dangun, que está en el centro; flanqueado por los fundadores de las dinastías Buyeo, Goguryeo, Gaya y Goryeo a la izquierda; y los fundadores de las dinastías Silla, Baekje, Balhae y Joseon a la derecha. Como vemos, un autentico Hall of Fame de los reyes coreanos. Durante la ocupación japonesa fue usado como prisión, y las tablillas fueron enterradas. En 1957 fue restaurado, y desde entonces se celebran ceremonias cada primavera y otoño en honor a los reyes cuya memoria descansa en esta pequeña construcción.

Lugar donde fue asesinada Arang en Miryang
Lugar donde fue asesinada Arang, dando origen a la famosa leyenda.

Muy cerca de estas dos construcciones se encuentra el bosque de bambú donde fue asesinada una doncella llamada Arang (아랑). Hay una leyenda que explica cómo el fantasma de Arang señaló a su asesino hasta que este fue capturado, y que es muy popular entre los coreanos. Recientemente esta leyenda fue llevada al cine y la TV en forma de película y teleserie respectivamente, pero no respetaron la historia original. En cuanto pueda escribiré un post presentando la leyenda y el lugar, donde se puede visitar tanto el lugar del asesinato como el pequeño pabellón dedicado a su memoria.

Templo Mubongsa en el monte Adongsan de Miryang
Templo Mubongsa en el monte Adongsan, dentro del cual hay un Buda sentado de piedra muy valioso.

Si caminamos un poco más en la misma dirección llegaremos al templo Mubongsa (무봉사). Nuevamente una pequeña construcción con mucha más importancia de la aparente, ya que alberga un buda sentado de piedra declarado como Tesoro 493. Este Buda de apenas un metro de altura, llamado Mubongsaseokjoyeoraejwasang, fue esculpido en algún momento entre los siglos VII y X, y se considera una pieza muy valiosa y particular.

Estatua del monje guerrero coreano Yujeong Samyeong Daesa
Estatua del monje guerrero coreano Yujeong Samyeong Daesa.

Si subimos un poco por la colina podremos ver una estatua dedicada a Yujeong, un monje coreano más conocido por su nombre budista Samyeong Daesa (사명대사). Este monje es una figura muy peculiar, ya que es más famoso por su faceta de guerrero que por su lado religioso. A finales del siglo XVI fue el líder de un batallón de monjes budistas que lucharon frente a las invasiones japonesas, pero no lo hizo por patriotismo sino para recuperar una reliquia de Buda (un diente) que los japoneses robaron del templo Geonbongsa. Cuando los japoneses fueron expulsados de Corea, el Gran Monje Samyeong no dudó en viajar a Japón para recuperar la reliquia. Y no solo recuperó lo que había ido a buscar, sino que trajo consigo también a 3.500 coreanos que Japón mantenía como prisioneros, y sentó las bases diplomáticas de una paz que duró varios siglos. Sin duda, una historia muy completa en la que tendré que profundizar algún día.

Antiguo hanok del compositor coreano Park Si-chun
Antiguo hanok del compositor coreano Park Si-chun.

Retrocediendo un poco hacia el otro lado de la colina, pasaremos por una especie de monumento al Arirang de Miryang (una de las muchas versiones de esta popular canción coreana). Un poco más allá veremos un pequeño hanok de apariencia muy humilde. Este es el lugar donde vivió el compositor Park Si-chun (박시춘), famoso por su composición 애수의 소야곡 (Serenata triste). Esta canción de 1937 se ha convertido en un símbolo de la opresión japonesa, y cuenta incluso con su propio monumento. Si tienes curiosidad y un oído a prueba de todo tipo de sonidos, puedes escucharla aquí.

Homenaje a la obra Serenata triste de Park Si-chun
Monumento ocn la partitura de la obra "Serenata triste" de Park Si-chun.

Saliendo ya de la colina, atravesamos unas cuantas calles de Miryang para, tras pasar por el mercado, llegar a la antigua residencia del gobernador de la ciudad. Este complejo de varias construcciones tradicionales, llamado Gwanaji (관아지), llegó a tener 100 construcciones en su época de mayor esplendor. Fue destruido durante las guerras con Japón de finales del siglo XVI, y reconstruido y reformado varias veces. Ahora, tras la reconstrucción de 2010, es tan solo una pequeña muestra de lo que era antiguamente, pero aún así resulta interesante, sobre todo por las figuras humanas a tamaño real que muestran los antiguos usos del lugar.

Entrada del Gwanaji del gobernador de Miryang
Entrada del Gwanaji del gobernador de Miryang.
Gwanaji del gobernador de Miryang en Corea
Gwanaji, con la figura del gobernador sentado.

Para terminar la tarde, antes de regresar a los deberes familiares, visitamos una de esas cafeterías fashion de Corea, donde nos tomamos un café excesivamente caro pero muy rico, como es normal en Corea. Y no, por supuesto no era americano.

Cafetería coreana en Miryang

→ Más información de Miryang en la web oficial y en la Wikipedia.
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6 comentarios EN BLOGGER
  1. A mí me pareció una canción bonita :)

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  2. No sé por qué, pero ya conocía la canción. Seguro que la escuché en algún lugar.

    Me han encantado las fotografías y me gustaría que nos contases la historia de Arang ;)

    Un besote, Felipe!

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    1. La historia de Arang caerá, eso lo tengo claro, pero lo que no me atrevo a decir es cuándo... ¿Quizá en septiembre?

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    2. Cuando te apetezca, que yo espero seguir leyéndote mucho tiempo. Unas veces con más retraso que otras, pero siempre fiel xD.

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  3. Que interesante la visita a esta ciudad, está llena de rincones, tesoros y también con historias del pasado que permanecen más vivas que nunca. Lo mejor de todo que no esté masificada y se pueda hacer turismo tranquilamente :)

    Lo próximo la historia de la doncella.

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    1. Lo bueno de estas ciudades menores es que siempre ofrecen sorpresas. Y además como a los extranjeros todo nos parece exótico ¡doble combo!

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