lunes, 26 de octubre de 2015
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Grafitis de emoticonos del KakaoTalk en un túnel de Seúl

En Corea del Sur no hay muchos grafitis. El motivo principal es que no hay muchos grafiteros. Las pintadas son tan escasas que las pocas que hay llaman la atención, pese a que en general quedan muy lejos de las que estoy acostumbrado a ver en España. Lejos a nivel artístico, quiero decir, que la distancia que hay entre los dos países ya la conocemos bien.

Cuando hablo de grafitis me refiero a arte urbano realizado por artistas normalmente anónimos, y no a murales contratados o impulsados por las autoridades. De estos últimos sí que hay bastantes en Seúl, como por ejemplo en el arroyo Cheonggyecheon o en el barrio Ihwa-dong cerca de Daehangno.

La actividad grafitera es tan escasa que a veces los medios se hacen ecos de noticias relacionadas con los grafitis dándole mucha más importancia de la que tienen. Me viene a la mente este caso sucedido hace unos meses, cuando aparecieron pintados varios vagones del metro de Seúl, en las imágenes de CCTV se vio que los gamberros eran extranjeros, y rápidamente aparecieron artículos hablando de viajes organizados de grafiteros extranjeros que visitaban el país durante unos días para hacer pintadas y escapar antes de ser detenidos. Una docena de vagones pintados al año no parece motivo de alarma, los pinte quien los pinte.

Grafitis de emoticonos del KakoTalk coreano en un túnel de Seúl
Culos y patos sonrientes, obra del grafitero adicto a su smartphone.

Un grafiti que me llamó la atención recientemente es este que vi en un túnel de Seúl. Representa tres emoticonos del KakaoTalk, la aplicación de mensajería móvil más popular de Corea. Son tres emojis muy infantiles, que contrastan con las pintadas más agresivas que estoy a acostumbrado a ver en otros lugares.

Esta es una colorida excepción, porque en general los grafitis más comunes son letras ininteligibles al estilo de los grafitis occidentales. La diferencia es que, curiosamente, suelen estar sin pintar. Será por austeridad o por ganas de huir antes de ser descubiertos, pero lo cierto es que resultan unas pintadas bastante tristes y aburridas.

Grafitis en un túnel de Seúl en Corea del Sur
La luz al final del túnel y grafitis sosainas en las paredes. Casi mejor me quedo con los culos y patos.

Un último detalle es que casi siempre se usa el alfabeto latino. Las pocas pintadas en hangeul que vi no son grafitis sino mensajes de algún tipo, como el que mostré hace cuatro años con motivo de la muerte de Steve Jobs.

Me gustaría que en Seúl hubiese más grafitis y, sobre todo, más coloridos. Los grafitis, cuando se hacen bien y en lugares adecuados, sirven para mejorar drásticamente el aspecto de algunas zonas. No pido el descontrol que hay en muchas ciudades españolas, pero a Seúl sí que le vendría muy bien un poquito más de colorido.
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