lunes, 2 de noviembre de 2015
4 comentarios

Las bolas alemanas, vistas y no vistas

En Corea no hay modas, hay invasiones. Se lanzan muchos productos y tendencias al mercado, con la esperanza de que alcancen la popularidad y de paso hagan ricos a sus promotores. Normalmente son explosiones efímeras, que pasan de la nada al todo y otra vez a la nada en menos de un año. El producto de popularidad exprés más sorprendente de esos meses son las schneeballen. Bolas alemanas, para los amigos. No, no hablo del nutscaping. Estas bolas se comen, las otras... Ejem, continuemos.

Las schneeballen son unas bolas elaboradas con tiras de masa quebrada, que se hornean y luego se recubren con azúcar, chocolate o cualquier cosa rica y bonita. Lo cierto es que tienen un aspecto apetitoso, sobre todo porque se presentan en múltiples colores que prometen sabores a cada cual más dulce y chispeante. Luego no saben tan bien como parecía, pero la bola ya está pagada y ahora te la comes.

Bolas alemanas de cereales con chocolate schneeballen

Yo probé las dichosas bolas una vez, cuando nos dieron una por cabeza en mi anterior empleo. Algún jefe tenía ganas de probarlas sin gastar dinero y decidió gastar en ellas parte del presupuesto que todas las oficinas tienen para fomentar el compañerismo financiando comidas, cenas y borracheras a los empleados. Me tocó una de fresa y lo primero que hice fue hincarle el diente como si fuera un donut. Craso error, las bolas son duras como piedras y hay que comerlas separando las láminas de masa con la mano. La capa de chocolate lo dificulta, por lo que al final terminan lo dedos manchados y la mesa llena de migas.

Probablemente el aspecto fue la clave de que se pusieran de moda tan rápidamente, y seguro que la falta de sabor fue una de las causas de que desaparecieran tan rápidamente. Comenzaron a aparecer a principios de 2013 y en unas semanas aparecieron puntos de venta por todas partes: pastelerías, panaderías, hipermercados, puestos callejeros... cualquier sitio era bueno para vender las bolas. Sin embargo, a finales de año ya eran difíciles de encontrar y hoy, dos años más tarde, ya no se venden en ningún lugar.

Bolas schneeballen a la venta en Corea del Sur
Cafetería de bolas schneeballen en Seúl

Esto de las modas explosivas, que aparecen y desaparecen en cuestión de unos pocos meses, es una constante en Corea del Sur. El mismo año de las schneeballen, en verano, también se puso de moda la limonada, que de repente se vendía en cada calle de Seúl. Al año siguiente, sin embargo, ya no había ni un limón ni medio limón. Otros ejemplos son las múltiples tiendas de bubble tea, la venta de jugo de caña de azúcar o el fenómeno de la patatas con miel y mantequilla, que es la moda más persistente que he visto desde que vivo en Corea.

¿Cuándo será el turno de la moda de la tortilla de patatas? Y lo que es más importante, ¿con cebolla o sin cebolla?
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4 comentarios EN BLOGGER
  1. Me pareció curioso, realmente las fotografías hacen babear, pero si tienen tan poco sabor y encima son duras como rocas no me extraña que desaparecieran tan deprisa... de hecho si no llega a ser por ti, yo ni enterada estaba de eso. Sabía de las patatas esas de mantequilla pero no de estas bolas alemanas (que sí, entiendo tu broma del nutscaping porque realmente te hace pensar mal).
    Gracias por el artículo, realmente fue interesante de leer, y te apoyo con lo de la tortilla de patatas, con cebolla por favor.

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  2. Hasta ahora jamás he probado un dulce en Asia que realmente merezca la pena. Estuvimos en Corea en marzo y efectivamente esas pelotas ya no las vendían. Lo que si tuvimos la mala suerte de probar son las patatas fritas en espiral con miel y vete a saber que mejunje art attack...definitivamente sus gustos gastronómicos no coincidieron con los nuestros. Y yo me pregunto....porque no encontré tu blog antes de mi viaje? Una pena porque me hubiera venido genial. Saludos!!!

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    1. En cuestión de dulces y snacks, me temo que por estos lares se usa más la vista que el gusto.

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